Cuando no trabajo para Tiempo, trabajo para otros medios de viaje, algunos del exterior, y asesoro a un hotel. Viajo con mi marido Mario, que es fotógrafo, y, cuando podemos, con mi hijo Julián, que hoy tiene 16, al que también le gusta sacar fotos (¡y le han publicado en National Geographic!).
Soy psicóloga pero cuando estaba en mi consultorio, escribía cuentos entre paciente y paciente. Una vez mandé un cuento a España y gané un premio y me di cuenta entonces que lo mío era la escritura. Soy periodista desde 1994. Pasé por muchos medios y varios intereses, pero poco a poco me fui enfocando a la gastronomía, los viajes, la cultura, el arte. Fui muy feliz cuando escribía para Lamujerdemivida, lancé y dirigí la revista elgourmet, hacía la doble página de restaurantes en la dominical de Crítica de la Argentina desde que abrió hasta que cerró.
Tal vez conservo de mi época de psicoanalista la posición de no saber nada cuando me paro frente a un tema sobre el que tengo que escribir o cuando escucho a mi entrevistado. La curiosidad es consecuencia de admitir que uno de verdad no sabe, no puede anticipar. Desde ese “cero” intento comprender lo que tenga delante: una persona que me abre su la historia de su vida o una ciudad remota.
Por suerte, trabajo y vida, son para mí una y la misma cosa. Mi familia es parte de mi trabajo. Con ellos y con amigos, he ido a comer a infinitos lugares que fueron nota, comparto con ellos historias ajenas, viajes y me han acompañado cuando me ha tocado luchar por los derechos muchas avasallados de los trabajadores de prensa.
Trabajo sin querer cuando hablo con artistas que después se vuelven nota, descubro una historia cuando estoy distraída y termina en papel.