La redacción vuelve a latir hoy con una nueva edición de Tiempo Argentino

A pesar del lock out dispuesto por los vaciadores Szpolski, Garfunkel y Martínez Rojas, los trabajadores continúan con su pelea para llevar el diario a los lectores. Por eso hoy se hará otra edición que se podrá leer online mañana. El objetivo es que, con apoyo de todos, haya una publicación semanal. Y así lo siente un periodista que, además de luchar, escribe.

Lapiceras que no escriben. Teléfonos que no suenan. Silencio, cuando en realidad tendrían que sonar las teclas, los dedos de los compañeros que no paran de generar noticias. De escribirlas. De llegar a cada lector. Pasaron casi dos semanas de la última vez que se hizo un diario y hoy se vuelve a sentir ese cosquilleo en el estómago, ese temblequeo en los dedos con ganas de salir de nuevo. Es que la redacción de Tiempo vuelve a llenarse de sonrisas, de noticias y de ganas de laburar. Las ganas que tenemos todos.

Hoy volverá a hacerse una nueva edición del diario que mañana se podrá leer en la web. Será otra vez en PDF. Y en una fecha clave, ya que en el Congreso se tratará el proyecto de ley que permitiría, en caso de aprobarse, el acuerdo con los fondos buitre que impulsa el gobierno de Mauricio Macri. Entre los trabajadores de Tiempo creímos que se trata de una jornada informativa crucial para el país en la que no queríamos dejar de estar.

Ya no será un diario, con el análisis caliente de las noticias que surgen día a día. Pero será más profundo, más pensante, más auténtico, mejor elaborado, con un análisis más sutil, con mayor sensibilidad y con el provecho de todo ese margen y serenidad que otorga el tiempo para deternerse y sacar conclusiones más elaboradas que las exigidas por el día a día. Ojo, no se confundan; nos encantaría salir todos los días, pero Sergio Szpolski, Matías Garfunkel, Mariano Martínez Rojas y otros jinetes apocalípticos no nos dejan. Por eso, con todo el esfuerzo que implica trabajar sin cobrar desde hace tres meses decidimos salir, al menos, una vez por semana.

Se cierra otra semana complicada, difícil. Y ahora me duermo, sueño. Sé que no lo es. Sueño que todos los compañeros llegan de a uno a la redacción, como un día normal, como un lunes cualquiera, como un lunes tres meses atrás. Un saludo, una sonrisa, algunos que no, otros que sí. Las mochilas, los morrales, las valijas, marcas registradas de cada uno. Y que todo empieza a funcionar de nuevo.

El sonido de la escalera con pasos rápidos como cien pies y otros pesados como de osos, el ascensor que sube y baja, una melodía que se hace repetitiva y se acostumbra al oído. Las computadoras que se encienden con un pitido inconfundible, que se convierte en compañero, y un colega, un amigo que se sienta al lado: el día, el calor, el partido y los hijos que empezaron el colegio. La vida pasa, la vida sigue, y el diario también. Tiempo sigue, me despierto con esa idea, con ese sueño constante, con ese deseo que da vueltas por la cabeza desde hace tres meses y al abrir los ojos llenos de lagañas veo la redacción llena, escucho la monótona melodía del ascensor y la computadora que se enciende.

Mi compañero, mi amigo, me pregunta por mis hijos, por mi día, el partido…Tiempo sigue.

Y lo vamos a hacer porque queremos mantener vivo el diario, informar a los lectores, escribir, mantener una voz que ya tiene una identidad. Veo en las noticias que, por cuestiones políticas que no vale la pena profundizar ahora, no te llega mi mensaje; no llega el mensaje que muchos quieren leer y escuchar, pero que casi nadie muestra. Por eso, me siento necesario. Siento que te hago falta, que me necesitás tanto como yo te necesito a vos. Por eso escribo y por eso te pido que me ayudes a seguir escribiendo.

Y por eso Tiempo sale en la web, para contarte lo que está pasando a tu alrededor. Sabemos que lo ves, sabemos lo que te pasa, lo que sentís y lo que pensás. Sabemos que, cualquiera sea tu ideología política, necesitás una voz que te cuente aquello que la mayoría oculta. Nosotros queremos mostrar esa parte del todo, pero dependemos de vos para hacerlos. Si vos no lo leés, no tiene sentido que nosotros lo contemos. Por todo esto también creemos que es importante mantener el diario, el mismo que vaciaron Szpolski y Garfunkel, algo que continuó Martínez Rojas, que además dejó de imprimir la publicación. Un lock out que sacó de los kioscos a Tiempo Argentino.
Esto es Tiempo Argentino. Eso significa –entre otras cosas- que no es Clarín ni La Nación ni Crónica ni Página/12 ni Popular ni Muy ni Perfil. Es Tiempo Argentino y depende vos que siga en la calle. No debería ser así. Debería depender también de otras personas mucho más poderosas, pero la realidad indica que depende solamente de vos y de tus ganas de leernos.

Tiempo no quiere terminar, pero el tiempo se termina. Las situaciones individuales y familiares son cada vez más difíciles, la patronal avanza con su vaciamiento y nosotros nos quedamos con poco, pero que puede ser mucho, enorme: nuestras ganas de escribir y de describir una realidad que no te cuenta casi nadie y tus ganas de acceder a esa parte de la realidad. Estamos juntos en esto o no estamos. Como en una relación de pareja, somos vos y yo o no somos.
Hoy, vuelve Tiempo.

De todos nosotros depende que siga.

Un comentario sobre “La redacción vuelve a latir hoy con una nueva edición de Tiempo Argentino

  1. Muy valientes y muy capaces:cómo puede ser tanta injusticia,pero este es el gobierno de Macri revanchista,persecutorio,odioso,que no atina a buscar las soluciones prometidas en su campaña política.-

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