Así lo reveló una investigación del periodista Hugo Alconada Mon en la edición dominical de La Nación. Durante los últimos cuatro años, López no pagó el impuesto a los combustibles y financió de esa manera su conglomerado. La noticia surge semanas después de que la empresa echara a 136 trabajadores del CN23, que pertenecía al Grupo 23 y fue adquirido en febrero por Indalo.
Como sucedió con Tiempo Argentino y Radio América allá por mediados de enero, la venta de otros medios del Grupo 23 a Indalo, anunciada con bombos y platillos el 11 de febrero pasado, generó cierta expectativa positiva en los compañeros del canal CN23, el diario El Argentino y radio Vorterix, emisora que entró en la operación comercial por el 50 por ciento de sus acciones (la otra mitad continúa en poder de Mario Pergolini). Se anunciaba entonces que Cristóbal López «rescataba» financieramente a los vaciadores Sergio Szpolski, Matías Garfunkel, Darío Richarte y a sus socios ocultos, mediante un «canje de acciones», con la hipotética estrategia de conformar un conglomerado de medios de comunicación ligados al kirchnerismo que les permitiera la subsistencia y les sirviera como plataforma de resistencia al macrismo.
Aquella expectativa duró poco: el lunes 29 de febrero, 136 empleados de CN23 -sobre un total de 163- se enteraban que habían sido despedidos, sin previo aviso y mediante una lista de nombres y apellidos que fue pegada en la puerta del canal, a medida que fueron llegando a trabajar como todos los días. La rápida reacción de los trabajadores y de sus representantes gremiales concluyó con la toma de la emisora y con el Ministerio de Trabajo dictando rápidamente la conciliación obligatoria, que luego fuera ampliada el 7 de marzo, aunque la patronal no la cumplió.
“Todavía no fue aprobada por el ENACOM la transferencia de CN23 a Grupo Indalo, así que lo mejor para todos es que lleguen a un acuerdo, porque si no se cae la operación y pierden todos”, dijo una fuente del Gobierno, con aires amenazantes y sin mostrar el más mínimo interés en terciar para lograr una solución beneficiosa para los trabajadores, sino más bien tomando partido de manera tácita en favor del grupo empresario.
Sin solución del conflicto a la vista, la separación societaria de Cristóbal López de Indalo no hace más que acrecentar la incertidumbre de los ex compañeros del Grupo 23. Y suma un capítulo más a la lucha que los gremios de prensa llevan adelante ante el avasallamiento empresarial, en clara complicidad con el gobierno.
Según una investigación que publicó el periodista Hugo Alconada Mon en el diario La Nación,Cristobal López acumuló una deuda por más de $ 8000 millones con la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP). Ese pasivo fiscal amenaza con tornarse impagable en el transcurso de los próximos meses, según surge de los balances contables de Oil Combustibles y otras empresas del Grupo Indalo.
El dinero que cobró López corresponde al impuesto a la transferencia de los Combustibles (ITC), pero no lo envió a la AFIP, según surge de los balances. ¿Cómo funciona? Cada vez que alguien carga nafta en sus estaciones de servicio, de cada $14 por litro que cobra, debe girar $4 a la AFIP (es decir, el 26% del precio por litro), que se suman a otros impuestos y tasas. Pero no lo hizo. Algo similar ocurre con el dinero de aportes jubilatorios del Grupo 23, que es investigado por la AFIP, por no haber sido nunca depositado en ANSES, luego de haber sido descontado de los haberes de los trabajadores.
Alconada Mon explica, en su extensa nota de La Nación, la separación de los socios y el fin del Grupo Indalo como se lo conocía hasta ahora, pero tanto López como Fabián De Souza (su socio) se negaron a responder preguntas específicas sobre esta investigación. Ante la prensa, De Souza sólo sostuvo que la deuda impositiva acumulada «no es tan grande» y que cuentan con «ingreso de caja suficiente» para afrontarla, aunque reconoció que no pudo pagarla durante 2013, 2014 y 2015 por diversos problemas de la macroeconomía. Afirmó además que sólo se limitó a utilizar «todos los mecanismos legales disponibles para financiarse».
Una compleja operatoria de lavado de dinero, fue avalada por AFIP, que toleró la retención de esos $8000 millones de pesos en impuestos atrasados por parte de López y De Sousa. El organismo les permitió acumular esa deuda, luego convalidó que la colocaran en múltiples regímenes de asistencia financiera (RAF) -planes de pago de hasta seis cuotas que ofrecía el organismo tributario- y, por último, cuando el volumen de esa deuda se tornó sustancial, les permitió consolidarla con planes de pago.
Según surge de los balances de diversas empresas del Grupo Indalo, López y De Sousa concentraron esta maniobra fiscal en Oil Combustibles, que acumuló más del 90% de toda la deuda tributaria. Y que, según anunciaron el viernes, quedará a partir de ahora en manos de De Souza. Oil Combustibles es, a la vez, la firma con que adquirieron algunos activos en la Argentina -pero no todos- de la petrolera brasileña Petrobras, operación que quedó bajo la lupa judicial en Brasil por el presunto pago de sobornos.
Oil declaró entre sus activos los préstamos por más de $ 4300 millones que le otorgó a otras empresas del grupo. Pero según Deloitte, el recupero de ese dinero es una pregunta abierta: «La realización y la cancelación a futuro de los activos y pasivos entre empresas del grupo económico se encuentran condicionadas al cumplimiento de los planes de negocios de cada unidad de negocios en el corto y mediano plazo».
Más incertidumbre para los trabajadores de CN23
Después de conocerse la adquisición de parte del Grupo 23, con el canal CN23, el diario gratuito El Argentino y la radio Vorterix, el Grupo Indalo anunció su implosión. Cristóbal López y Fabián De Sousa separarán sus unidades comerciales, que en estos días parecían agigantarse entre los medios de comunicación, la industria del juego, del petróleo, y la alimenticia, entre otros rubros.
Esto se da, además, al mismo tiemp en que se conoce que la patronal tiene una deuda de 8000 millones de pesos con la AFIP a partir del no pago del impuesto al combustible, un pasivo que aunque forma parte de otra división del Grupo Indalo repercutirá en la situación de los medios que tienen Cristóbal y De Sousa, que en los próximos días comenzarán su separación.
Según la información que surgió en las últimas horas, De Sousa quedará a cargo de la petrolera Oil, Vorterix, C5N y parte de la productora Ideas del Sur. Mientras tanto, Cristóbal López continuará ligado al juego, concesionarias de autos y las firmas del rubro alimenticio. A su vez, la firma Oil M&S, con la que el grupo se puso en marcha, también se mantendrá en manos de Cristóbal.
El empresaroi tiene más de un 70% de Indalo y le transferirá las áreas de petróleo y medios a De Sousa, que tiene algo menos de 30% de la compañía. Lo que discutirá es si corresponden compensaciones entre las partes, sobre las cuales se harán revisiones en los próximos dos años. El Grupo Indalo mantiene la señal de noticias C5N, las radios Vale, Pop, One (ex TKM), más los matutinos Ambito Financiero, Buenos Aires Herald, El Patagónico (Chubut) y El Ciudadano (Rosario) y Radio 10. A eso hay que sumarle a CN23, Vorterix y El Argentino, cuya redacción ya fue mudada a la redacción de Ámbito. De Souza, según él mismo anunció, se quedará con todos ellos.
Esto pone en una situación de mayor incertidumbre a los trabajadores de CN23, que siguen resistiendo los despidos dispuestos por la patronal semanas atrás. Aunque el Ministerio de Trabajo decretó la conciliación obligatoria en el conflicto, la empresa no la cumplió y siguió sin dejar entrar a los trabajadores en el canal. La lucha para los compañeros continúa.