Por Jonathan Raed
Pepe Santoro, gloria de Independiente, y su opinión sobre el cuestionado Ruso.
Diego Rodríguez tenía 14 años cuando viajó de Mar del Plata a Avellaneda a probar suerte en Independiente. Allí, lo recibió Miguel Ángel Santoro, esa máquina de sacar arqueros que tiene el Rojo en las inferiores. Pepé captó enseguida las condiciones del pibe y pidió que se quede en la pensión. Ahí, no la pasó muy bien. “La comida era muy justa y vendíamos la ropa que nos daban para poder tener algo más”, contó hace un tiempo Rodríguez en Arroban. Quizás por eso no sorprende verlo seguido en la pensión (ya mejorada), charlando con los pibes y ofreciendo la ayuda que tiene a su alcance. “Pepé es como mi segundo abuelo. Me formó como arquero y como persona”.
“Ya son muchos años de relación, en los que logramos tener una pequeña amistad. Es difícil formar una amistad cuando hay tanta diferencia de edad, pero siempre se manejó con respeto y no pasa una semana sin que se acerque a charlar o a buscar un consejo”, cuenta Pepé Santoro a El Gráfico Diario.
Lucas y Emiliano Molina, Oscar Ustari, Damián Albil, Daniel Islas, Adrián Gabbarini, Fabián Assmann, Damián Martínez. La lista es interminable. Pepé Santoro –además de haber sido un arquero de excepción en sus tiempos- tiene un don especial para captar y para desarrollar talentos en el arco. Hoy, Rodríguez es muy cuestionado por cierta parte del público de Independiente. Pepé, en cambio, opina: “Está en un momento bárbaro y no tiene techo. Es muy joven y, si sigue por el camino de la humildad y del trabajo, estoy seguro de que va a ser un arquero de Selección”.
Pepé Santoro se destacaba por ser un arquero muy seguro en los centros, el gran punto débil del capitán Diablo. “Es muy difícil, hoy en día. Las pelotas cada vez son más livianas y más volátiles. Cada vez es más complicado calcular dónde va a caer porque en el medio del recorrido cambia de dirección”. Para Pepé, estos tiempos son de mucha exigencia para los protectores del arco: “El arquero tiene que ser el jugador más completo. Tiene que saber jugar con los pies y hasta tiene que saber gambetear. Debe ser arquero y líbero. Antes, sólo te tenías que ocupar de lo que pasaba en el área chica”.
Cuando se lo consulta sobre las similitudes entre ambos, el mítico arquero destaca: “La responsabilidad, la devoción, el cuidado que tiene con el cuerpo y la humildad para seguir aprendiendo día a día. Los dos compartimos el sentido del profesionalismo”.