Para no perder la costumbre de los jueves de escribir y leer de cine, dos películas imperdibles: Vaciolander, una comedia sobre tres encantadores granujas dispuesto a todo con tal de hacer desaparecer un diario, y Te Trauman, un drama de dos amigos y su querendón perrito faldero.
Los lectores de un diario –y eso quiere decir de cualquier diario— son, por decirlo de algún modo y sin ofender, animales de costumbres. Todos ellos saben que la tapa es para los títulos, del mismo modo en que las últimas páginas amontonan historietas, horóscopo, sudoku y otras ficciones por el estilo. También saben que los lunes son para el fútbol y los jueves son días de cine. Por eso mismo, para no perder las costumbres que implican leer (y hacer) un diario, en esta página de jueves se hablará de cine.Y hay dos películas que es imposible no mencionar en esta semana tan particular. La primera de ellas es una esperada comedia, una expectativa que se justifica en la presencia de tres payasos de primer nivel ocupando los roles protagónicos. Se trata nada menos que de Sergio Szpolski, Matías Garfunkel y Mariano Martínez Rojas, conocidos popularmente como Los Tres Chiflados del negocio de los medios. Son ellos quienes justifican tanta curiosidad por el estreno de Vaciolander.
Ambientada en el mundo de los medios de prensa, Vaciolander narra la historia de tres adorables granujas que se proponen hacer quebrar un diario por motivos que el relato ira revelando de a poco. De ellos sólo se conoce su total falta de escrúpulos y que son capaces de lanzarse mutuamente bofetadas, tortas de crema y algunos twits un poquito agresivos, para llamar la atención pública sobre esas absurdas pantomimas, mientras por detrás utilizan todo su poder de lobby para conseguir lo que en realidad se proponen: llevarse los recursos que el diario generó como si se tratara de una caja de ahorros personal.
Si se tratara sólo de esto, estaríamos hablando de un film superficial. Lejos de eso, Vaciolander ofrece algunas subtramas que lo enriquecen y que vale la pena mencionar. Como todo triángulo, este que integran Szpolski, Garfunkel y Martínez Rojas también tiene algo de amoroso y no está exento de pasiones prohibidas. En ese punto Vaciolander es también una comedia de enredos de alcobas. En ese plano se darán divertidos cruces, en los que uno intentará obtener los favores del otro, para conocerlo en el sentido más bíblico de la palabra; aquel otro se dejará conocer, pero sólo a cambio de una buena tajada de la torta que intentan repartirse a espaldas de los trabajadores. Y ambos a su vez se divierten a costa del tercero, quien parece más preocupado por el guardarropa de su amada que por chascos que sus compañeros de correrías traman en su contra. Para los amantes de los happy endings, Los Tres Chiflados no consiguen salirse con la suya, porque parece que nunca escucharon hablar de la unidad de los trabajadores. Terminan los tres tomando unos tragos en una whiskería de Avenida Libertador y uno de ellos hace “¡Plop!” Elijan ustedes cuál de los tres.
Tampoco debe dejar de mencionarse el reestreno de una película que viene de arrasar en los premios Goya. Se trata de Te Trauman, una compleja pieza de cámara que retrata una conmovedora historia de amistad entre dos hombres y un perro. Aclamada por la crítica, Te trauman tiene la virtud de penetrar profundamente en el alma de sus protagonistas, dos hombres que ante la evidencia de que el tiempo a destruido el vínculo que los mantenía unidos, deciden cerrar su historia de la manera más dolorosa. Para ello necesitan liquidar el grupo de empresas que hasta ese momento habían compartido, sin saber que aquella iniciativa resultará en una guerra sin cuartel que les hará perder lo poco que les quedaba de dignidad.
Por suerte llega a sus vidas un perrito querendón que hará las delicias de toda la platea. Reunidos por su nueva y pulguienta mascota, los dos bribones le enseñan al perro a ladrar fuerte y lo largan en medio de una asamblea de sus empleados. Pero desconocedores de la sabiduría popular (porque ser populares no es lo de ellos), no cuentan con aquello de que perro que ladra no muerde y el final los encuentra a hombres y cachorro fundidos en la derrota. La moraleja: no dejés que tu perro se haga cargo de tus negocios, porque lo más probable es que haga cagadas.
Hasta el próximo jueves con el mejor cine.