El sueño de los justos

Dos breves fragmentos del diario que un compañero de Tiempo está escribiendo sobre los encendidos días de lucha.

Canción de cuna para un periodista que duerme en el Times

Y cómo te lo cuento y con qué título y bajada te lo describo, hermano periodista, admirador de Enrique Raab y Miguel Briante, también de la Lemebel. Escriba que hoy dormís tu sueño de los justos en ese colchón ultrafinito en la sección de Cultura. Esa fetita tamaño king side de los olvidados.

Cómo decirte que das vueltas sobre la hojita de goma espuma, seguro preocupado porque no te alcanzó para pagar el alquilar, o para comprarle el yogurt a tu pibe. Cómo te lo pongo en palabras, en esta noche ardiente de febrero que no termina más.
Esta es una carta dirigida a tus sueños. El sueño de los héroes. Cómo interpretar esos sueños. Esos momentos oníricos en los que lográs olvidar, aunque sea por un rato, la ñata del patrón cínico que seguro duerme la mona en su palacete de Miami. Entre arenas blancas y dólares robados.

Dormí tranquilo, compañero. Mañana será otro día y vamos a tener que llenar las urnas de plata para engordar el fondo de huelga. También habrá que ir a La Matanza profunda, compañero. No te olvides que tenemos el festival y hay que estar bien despiertos para contarles a los vecinos y lectores lo que nos pasa. También hay que juntar pañales, no te olvides de los pañales, o simplemente escribir para el boletín de lucha.

Dormí despacio porque mañana va a ser un día largo y acelerado. Y todo es así, viejo, rápido como en una película de Chaplin. Como esa en que Carlitos se cansa de ser explotado en la fábrica y manda a la mierda a sus patrones.

Ahora la noche pasa, hermano, como también pasan los patrones. Esos que hacen un pasamano y nos tratan como bolsas de papa del mercado central.

Dormí tranquilo, cumpa, que la lucha es larga. El tuyo es como el descanso del guerrero. La vigilia del que nunca se rinde. Dormí mientras yo te canto este arrorró combativo.

Palermo, 13 de febrero de 2016

Un Martínez Rojas perdido en la redacción

Ayer me lo crucé a Martínez Rojas en la redacción. Yo subía distraído al tercer piso por las escaleras y el nuevo patrón pasó altivo a mi lado, ataviado con dignos aires de un magnate latino. Un Pitbull del subdesarrollo. Mejor un perrito faldero de Szpolski. Saco Príncipe de Gales, zapatos italianos y calcetines verde agua. Muy Miami Vice el look. Sobre todo por la cara de perro policía que tiene el man.
La secretaria del director del diario me comentó que el tipo entró pancho por su casa y se instaló en la oficina principal. Creo que Martínez hasta sugirió algunos cambios en la decoración. Por ahí lo contrata a Alan Faena para ponerle algo de onda a la redacción. Damien Hirst se frota los dedos, seguramente. Pongamos a Szpolski nadando en formol en el centro de la redacción. No es mala idea.

La abogada de Martínez lo persigue como sus acreedores. Se llama María Paonessa y es ex empleada del porteño Ministerio de Modernización, un eufemismo para no llamarlo Ministerio de Despidos. En las pocas horas que lleva trabajando en el diario, la letrada promete reuniones, asegura futuros pagos y se queja por las deudas pantagruélicas que tiene el medio. Los bogas y su maravilloso mundo de fantasía. Debe estar planeando cómo rajar a la mitad de la planta permanente sin mancharse con sangre.

Al voleo, también escuché que los conocimientos del correntino sobre el normal funcionamiento de un medio son cercanos a cero. El man conoce tanto de diarios como yo de botánica morfológica. No sabe, o se hace que no sabe, lo que es una línea editorial, una revista dominical o simplemente un título y una bajada. Seguro sabrá que un diario puede servir para informar, pero también para envolver huevos.

Palermo, 26 de enero de 2016

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