Los empleados ocuparon los estudios del canal. El Ministerio de Trabajo dictó la conciliación obligatoria hasta el viernes. Satsaid realizará hoy un acto para exigir la reincorporación.
La pantalla del canal de cable CN23 amaneció ayer con una placa negra ante el despido de 136 trabajadores de esa señal, recientemente adquirida por el Grupo Indalo, propiedad del empresario Cristóbal López. Los anteriores dueños, Sergio Szpolski y Matías Garfunkel, son actualmente socios minoritarios de López. “CN23 está fuera del aire por conflictos con el Sindicato Argentino de Televisión (Satsaid) por despidos masivos”, explicaba el cartel que ayer permaneció gran parte del día, mientras los delegados intentaban negociar con la nueva patronal, buscado una respuesta ante el violento vaciamiento de casi la totalidad de la planta de empleados del canal. A la media tarde, luego de una reunión en el Ministerio de Trabajo, las autoridades estatales intercedieron con el dictado de una conciliación obligatoria que durará hasta el viernes.
Hasta entonces, los trabajadores irán retomando sus tareas y la parte sindical reclamará la reincorporación de los cesanteados. Como parte del inmediato plan de lucha puesto en marcha por el Satsaid, hoy a las 15 se realizará una concentración en la puerta de los estudios, en la calle Ravignani 1493, esquina Cabrera, del barrio de Palermo.
La nueva empresa, que desembarcó luego de un acuerdo con Spolszki-Garfunkel, es dueña del canal de noticias C5N, los diarios Ámbito Financiero, Buenos Aires Herald, Patagónico y El Argentino, el sito Minutouno.com, las productoras PPT e Ideas del Sur, y las radios 10, Mega, Pop y parte de Vorterix. Por fuera de estas múltiples operaciones que López acumula en su división de medios, también tiene muchos negocios en otros rubros: combustibles, servicios petroleros, producción, construcción, alimentos e inversiones financieras.
Dos semanas atrás, López comunicó la adquisición de una parte importante del Grupo Veintitrés. «Indalo Media se hizo del 100% de CN23 y El Argentino y el 50% de Vorterix, por medio de un intercambio de acciones con los anteriores accionistas de estas compañías que pasan a tener una minoría en Indalo Media», informó el holding en, que también aclaró que “mantiene la mayoría, reteniendo más del 90% de las acciones y por consiguiente manteniendo el control mayoritario”.
Por la mañana, ante la novedad de los despidos –informados con un listado pegado en el ingreso a los estudios donde funciona el canal–, los empleados resistieron dentro y fuera de las instalaciones, hasta que a la 16.30 tuvo lugar el encuentro con la patronal en la cartera que encabeza el ministro Jorge Triaca. Como se dijo, más allá de la conciliación obligatoria, los trabajadores no van a bajar la guardia: “El Sindicato (…) repudia firmemente la decisión de empresarios aventureros que se transfieren las empresas como si fueran changuitos de supermercado”, sostuvo el Satsaid en un comunicado firmado por el secretario General, Alejandro Ruiz, quien también ratificó se llevarán a cabo “todas las medidas a su alcance para la inmediata reincorporación de los compañeros de televisión”.
En su sitio web, cuando se refiere a sus “compromisos con el país”, Indalo se autodefine como una corporación que “está poniendo constantemente en marcha planes y realizando inversiones que permiten seguir creciendo y generar nuevos puestos de trabajo”. También asegura que, “conscientes de que nuestra gente es nuestra máxima fortaleza competitiva, les brindamos un ámbito de trabajo motivador donde promovemos no sólo su preparación profesional, sino también su formación integral como personas”. Una versión que choca de frente con la decisión de dejar en la calle a 136 familias.
Más acuerdos incumplidos
“Nos dijeron que la prioridad la tienen los zonales de El Argentino”, dijo Daniel Jatimlansky, delegado de la revista 7 Días, al tiempo que una periodista de El Argentino Zona Norte completó la macabra ironía: “Nos dijo que no tienen plata para pagarnos”. Ese diálogo que parece sacado de una rutina de Abbot y Costello resume la desesperante situación que viven los trabajadores que ya arreglaron su salida del Grupo Veintitrés, en acuerdos que son incumplidos (para variar) por Sergio Szpolski.
Una centena de (ex) trabajadores del Grupo Veintitrés se reunieron en la puerta de Recursos Humanos de la empresa, en Amenábar 51, para realizar un aplauzazo y exigir respuestas sobre los pagos incumplidos de los acuerdos de salida firmados hace diez días.
Trabajadores de Comunidad Virtual, de 7 Días y de El Argentino Zona Norte y Zona Sur se concentraron en la calle y aplaudieron hasta que los recibió la gerenta de RR.HH. María Perrone, quien atendió de a uno a los delegados.
La situación de cada uno de esos medios es distinta en los detalles, pero la misma a nivel conceptual: no cobran un peso. Los periodistas de los zonales de El Argentino arreglaron una salida por un pago equivalente a seis sueldos, de los cuales les deben cuatro (la ley dice que deben ser 12 sueldos). El acuerdo se realizó el viernes 19 de febrero. El lunes 22 la empresa debía establecer la fecha de pago, pero no lo hizo y cortó todo diálogo hasta ayer, cuando Perrone dijo que “no hay plata” y prometió novedades para el próximo viernes.
La situación de 7 Días es peor. Les ofrecieron el diez por ciento de la indemnización que marca la ley. Rechazaron la insólita propuesta y desde ahí no volvieron a tener diálogo. Ayer, luego del aplauzazo, los recibieron para decirles que la oferta no se modifica y que la prioridad la tienen los zonales de El Argentino.
A Anabella Carranza, la delegada de Comunidad Virtual (cuyos trabajadores no cobran desde diciembre), no le fue mucho mejor en la reunión: “Perrone me dijo que hable con Szpolski y cuando lo llame, Szpolski me dijo que hable con Perrone”.