A medida que se van conociendo los resultados de los comicios, se percibe un avanca de los sectores moderados y reformistas del actual presidente Hasan Rohani.
Sin resultados oficiales pero con un avance del escrutinio, los pronósticos de una victoria de los moderados en el Parlamento cobraron más fuerza ayer en Irán, luego de unas elecciones legislativas que transcurrieron sin problemas y en un clima de mucha expectativa.
El Ministerio del Interior iraní informó que los resultados oficiales finales recién se conocerán mañana, pero los parciales hasta ahora muestran un retroceso para los «principalistas», como se conoce al sector conservador y cercano al líder supremo del país, Alí Jamenei, y un avance significativo de los moderados, un grupo político muy vinculado al actual presidente, Hasan Rohani. Sin embargo, la victoria no sería total.
El ala más combativa de los moderados quedó afuera tras la purga de candidatos realizada por la República Islámica semanas antes de los comicios, y la bancada electa estaría conformada por unos 90 diputados, un número inferior al actual de 167 sobre una cámara de 290 legisladores. Esto último demuestra que el próximo Parlamento iraní estará muy atomizado. De confirmarse los números parciales conocidos hasta ahora, el gran golpe que dieron los moderados fue en Teherán, la capital del país.
«Los iraníes limpiaron el Parlamento de la presencia de los diputados extremistas que estaban en contra del acuerdo nuclear (con las grandes potencias mundiales y que rechaza la derecha republicana de Estados Unidos y el gobierno de Israel), y esto nos señala a un futuro luminoso que puede fortalecer nuestros lazos con el mundo y traer éxitos económicos», pronosticó Mohsen Sadeguí, hermano y asistente personal de uno de los diputados elegidos por Teherán. Los reformistas iraníes obtendrán los 30 escaños parlamentarios por Teherán, según los resultados parciales de los comicios, en una bochornosa derrota para los candidatos más ortodoxos.
Los reformistas —partidarios de ampliar las libertades sociales y mejorar las relaciones con Occidente— van encaminados para ganar todos los escaños por Teherán, indicó ayer la televisora estatal. La cadena señaló que se habían contado el 62% de los votos en la capital.
Teherán está considerado como un barómetro político, en el que miembros destacados de los tres movimientos se enfrentan entre sí. En todo el país, se esperaba que los reformistas consiguieran su mejor resultado en más de una década.
Se trata de los primeros comicios desde el histórico acuerdo nuclear del año pasado, que trajo consigo el levantamiento de las asfixiantes sanciones internacionales sobre Irán, a cambio de límites en su programa nuclear. Los reformistas y conservadores moderados —que apoyaron el acuerdo— parecían dirigirse a una gran mayoría, lo que abriría camino a un mayor aperturismo económico y más cooperación con Occidente en temas como la guerra contra el grupo Estado islámico.
Los reformistas tienen ahora menos de 20 escaños, y se han visto prácticamente expulsados de la política desde que perdieron su mayoría parlamentaria en las elecciones de 2004.