Por Juan Manuel Danza – 15 de octubre de 2015
En nuestro país abundan los espacios donde se guardan máquinas que hicieron vibrar a los hinchas de otras épocas.
Una muestra de que desde cada lugar, en el rubro que sea, el paso del tiempo no se borra fácil, algo que quiso hacer la patronal en su momento cuando bajaron la web de Tiempo Argentino.
Uno abre y cierra los ojos y siente como si hubiera viajado en el tiempo. Nostalgia. Pasión. Recuerdos. Un mundo en el que el reloj se detiene y da marcha atrás para llevar a los visitantes a otra época. Distintas. Ni mejores ni peores. Momentos de gloria que quedaron en el recuerdo a través de fotos, videos, o en la memoria de los más avezados. El mundo de los museos lleva a sus visitantes a sensaciones únicas. Pero si estos museos están dedicados al mundo del automovilismo, en un país con una pasión tal que en muchos casos se compara con el fútbol, las sensaciones se transforman en recuerdos, en pasión en estado puro.
En el país del Quíntuple Juan Manuel Fangio, de las hazañas de los hermanos Gálvez, del gran Carlos Alberto Reutemann, del Turismo Carretera, la categoría más longeva del planeta, existen museos relacionados al deporte motor por excelencia para todos los gustos. Vehículos de Fórmula 1, TC, coches clásicos y antiguos, TC2000, o recuerdos como cascos, revistas, y vestimentas usadas por los ases al volante de antaño hacen deleitar a los más fanáticos.
Argentina es un país con mucha pasión por los vehículos, y en mucho tiene que ver el Automóvil Club Argentino, que a poco de su fundación en 1904 montó un museo que aún hoy se mantiene vivo en el primer piso de la sede central ubicada en la Avenida del Libertador. El primer museo relacionado con los automóviles hoy cuenta con vehículos antiguos, de los primeros que circularon por nuestro país, gracias a los fundadores del ACA. Pero también se pueden disfrutar de algunos autos de fórmula que fueron pilotados por Lole Reutemann. Asimismo, en el lugar uno puede maravillarse con trofeos, notas gráficas, fotos, y demás objetos donados por grandes pilotos argentinos.
Aunque el del ACA sea el primero, el más emblemático de los museos relacionados al deporte motor está ubicado en Balcarce: el Museo Juan Manuel Fangio, en honor al quíntuple campeón del mundo de Fórmula 1. Allí uno puede meterse en un mundo de fantasías y viajar por el tiempo disfrutando de maravillas de comienzo de los años ’50 que fueron manejadas por el Quíntuple, pero también hay vehículos que fueron donados por empresas, marcas y pilotos. En sus seis niveles uno puede encontrarse tanto con un McLaren de Ayrton Senna, un casco de Michael Schumacher o trofeos e indumentaria del Chueco de Balcarce. Todo para el deleite de los más fanáticos.
En los últimos años se inauguraron dos museos que dan que hablar por su excelente presentación y por la calidad de los modelos que presentan. Desde octubre de 2012, dentro del autódromo de Termas de Río Hondo, se encuentra un museo de primer nivel mundial. En el trazado más moderno de Sudamérica uno puede ingresar a un edificio que en sus instalaciones cuenta con vehículos originales y réplicas para el aplauso. Uno puede deleitarse con un Benetton Renault de Fórmula 1, el preferido de grandes y chicos, ejemplares de las categorías Formula 3 y Fuerza Libre, el famoso Halcón creado por Heriberto Pronello original, o las réplicas de uno de los gloriosos Torino que corrieron en las 24 Horas de Nürburgring o el Huayra de Sport Prototipo que supo manejar el Lole Reutemann, entre otras maravillas.
Pero el de Termas no es el más moderno ni el único ubicado dentro de un autódromo. En el Roberto Mouras de La Plata, propiedad de Hugo Mazzacane, se encuentra el Museo del Turismo Carretera. En él, el actual presidente de la categoría muestra casi cuatro decenas de autos de su propiedad, todos originales, con unos 20 autos campeones del TC. Entre ellos, algunos de Oscar Castellano, Roberto Mouras, Omar Martínez, Juan María Traverso y muchos más.
Aunque estas son las muestras más importantes en cuanto a tamaño o antigüedad, hay otras que también son para destacar y en el que el TC está presente. En Olavarría uno puede disfrutar del Museo Emiliozzi, dedicado a recordar la carrera de Dante y Torcuato, dos pilotos y preparadores de los más exitosos que tuvo el TC y donde se puede disfrutar de La Galera en su estado original; en tanto que en Carlos Casares (Buenos Aires) está emplazado el Museo Mouras, en honor a Roberto Mouras, uno de los ídolos máximos del Turismo Carretera, donde uno puede ver alguno de sus autos y trofeos. Pero para recordar a otros grandes del TC también se encuentran el museo Osvaldo Morresi (Buenos Aires) o el de Nasif Estéfano (Tucumán), entre otros.
Museos temáticos, exhibiciones para homenajear a algún piloto en especial o al automovilismo en general, muestras de primer nivel o hechas a todo pulmón gracias a la ayuda de fanáticos y familiares, la idea es mantener intacto el recuerdo por uno de los deportes más pasionales para los argentinos.